¿Transmites todo lo que quieres comunicar en una reunión o en la defensa de tu proyecto?
¿Eres dueño de tus presentaciones?
¿Disfrutas de ellas?
¿Eres capaz de captar y mantener la atención de tu audiencia?
¿Te pones excesivamente nervioso ante una pregunta incómoda?
¿Tu mensaje llega al corazón del público?